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Consigue una higiene bucodental perfecta

Consigue una higiene bucodental perfecta

Una de las dudas más frecuentes de nuestros pacientes, cuando acuden a consulta, tiene que ver con la rutina a seguir a la hora de tener una correcta higiene bucal.

A pesar de que hay muchas técnicas, vamos a intentar ofreceros unos puntos básicos que, estamos seguros, os ayudarán a mejorar mucho el estado de vuestra boca. Además, llevar a cabo una rutina de higiene bucal ayuda a prevenir infecciones, caries, acúmulos de sarro u otras incidencias.

Hilo Dental:

Es un básico en todas las rutinas de higiene y la recomendación es usarlo una vez al día. Existen diversas teorías sobre si debe o no aplicarse antes del cepillado, como todo, tiene sus pros y sus contras.

Si lo aplicamos antes del cepillado, favoreceremos que el cepillo pueda penetrar más intensamente en los huecos interdentales y arrastre la placa que, previamente, ha soltado el hilo dental. Si lo usamos con posterioridad, puede ayudarnos a ver la eficacia del cepillado y a “rematar” su acción sobre nuestros dientes.

Recuerda que para su utilización deberás cortar un fragmento de unos 45 cm de largo, favoreciendo que cada diente tenga su espacio “limpio” de hilo dental. Si, por el contrario, no eres muy hábil en su utilización, también puedes usar lo que llamamos “flossers” o “arcos dentales”.

Además, existen otros elementos como los cepillos interproximales. Si optas por esta opción deberás escoger el tamaño adecuado de acuerdo a tu fisionomía.

En cuanto a los irrigadores dentales, pueden ser unos buenos aliados, pero siempre complementando con el hilo dental. Solo en algunas excepciones en las que no es posible usar hilo dental será usado como sustituto (por ejemplo, encías sensibles, ortodoncia fija o problemas de movilidad).

Cepillo de dientes:

El cepillo de dientes es la “estrella” de la higiene bucal. Es importante siempre escoger los cepillos que más se adapten a nuestras peculiaridades (dientes, tamaño bucal, sensibilidad, etc.). Por ejemplo, deberemos tener especial cuidado en la elección de la dureza de las cerdas (duras, medias o blandas). En general, recomendamos el uso de dureza media, exceptuando casos de recesiones, inflamación de la encía (gingivitis) o cirugía bucal, que es más indicado utilizar cepillos con cerdas blandas.

Para el cepillado, existen diversas técnicas, la más frecuente y sencilla es la de situar las cerdas del cepillo en un ángulo de 45 grados y arrastrar hacia abajo. En niños o personas con movilidad reducida también están permitidos los “círculos”.

Respecto a si es mejor un cepillo manual o un cepillo eléctrico, ambos tienen una efectividad muy alta. El cepillo eléctrico lleva parte del movimiento incorporado, lo que nos facilita realizar un buen cepillado, aun teniendo menos movilidad o destreza. Además, en niños es muy útil ya que algunos cepillos eléctricos cronometran el tiempo de uso.

Cada cepillo tiene una técnica de utilización diferente, por eso te recomendamos visualizar los siguientes vídeos con las explicaciones de nuestros expertos higienistas dentales.


Lo importante, en cualquier caso, es cambiar el cepillo, sea manual o eléctrico cuando las cerdas presenten mal aspecto o, como mucho, cada tres meses.

Antes del cepillado siempre recomendamos lavarse las manos (mucho más en esta época para prevenir la COVID-19). La pasta deberá ser fluorada y es importante recordar que no hay que mojar el cepillo antes de aplicar el dentífrico.

Después cepillaremos nuestros dientes de manera normal, recordando cepillar nuestra lengua bien con el cepillo o bien con un raspador lingual.  En cuanto al final, hay diversas opiniones sobre si se debe o no enjuagar la boca para preservar la acción del flúor más tiempo.

Colutorios:

Es frecuente terminar la rutina de higiene bucal con un enjuague o colutorio, sin embargo, no todos valen para su uso diario. Cada colutorio debe usarse de una manera específica. Por ello, lo más recomendable es preguntar a nuestro higienista u odontólogo cuál es el adecuado para nuestro caso y cuál sería la frecuencia de uso.

Por ejemplo, un colutorio a base de clorhexidina (un potente antiséptico) no está recomendado para un uso diario prolongado, ya que se usa como prevención después de tratamientos odontológicos o cualquier otra causa médica que lo requiera. Otros, que contienen alcohol pueden resecar nuestras mucosas y poder suponer, a largo plazo, un problema. Por tanto, siempre elegiremos el colutorio o enjuague de acuerdo a la opinión de nuestro profesional de confianza.

No obstante, en tu próxima revisión odontológica, consulta a nuestros profesionales sobre qué rutina se adapta mejor a tu boca. ¡Pídenos cita!

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