Prevención en niños con flúor
Es habitual que, cuando asistimos a una consulta con nuestro pequeño, el odontopediatra nos hable de la importancia de usar flúor en las pastas de dientes de nuestros hijos. Y ¿para que sirve el flúor? Es muy útil para la prevención de la aparición de caries.
El flúor es un elemento que ralentiza el proceso de desmineralización de los dientes, disminuyendo la probabilidad de la aparición de caries. El flúor revierte este proceso y remineraliza los dientes de los niños, evitando, en la medida de lo posible, la proliferación de bacterias u otros agentes que pueden dañar el esmalte.
No obstante, los niños no son los únicos que se benefician del flúor en las pastas de dientes. En los adultos también es bueno aplicarlo y según la tendencia del paciente, en mayor o menor medida. Los motivos para aumentar la dosis de flúor en las pastas podrían ser: aparición de puntos blancos en los dientes (inicio de caries), tratamientos ortodóncicos, tratamientos de radiación, medicación que inhíba la producción de saliva o personas que viven en zonas que carecen de agua fluorada.
¿Hay tratamientos de flúor?
Existen diferentes tipos de tratamiento de flúor. Por lo general, lo más común, es obtener este elemento a través de nuestra alimentación. Pero si esto no se produce tenemos varias opciones:
Dentífricos: hay pastas de dientes con diferentes cantidades de flúor que serán utilizadas según la edad. Además, en personas que presenten un déficit en su esmalte esta cantidad deberá aumentarse con pastas que presenten hasta 5000ppm de flúor.
Geles y espumas: para pacientes con alto riesgo de desarrollar caries o que presenten sequedad bucal, hayan sido radiados o lleven ortodoncia, el odontólogo puede recomendar realizar una fluoración mediante geles o espumas. Este tratamiento es aplicado mediante un contenedor que se ajusta a las formas de las arcadas dentales. Con posterioridad el paciente no deberá ingerir alimentos o bebidos ni fumar en los siguientes 30 minutos.
En niños este tipo de tratamiento suele aplicarse con un pincel y tiene la misma indicación de no ingerir comida o bebida en los siguientes 30 a 60 minutos.
Enjuagues bucales: Otra manera de complementar el aporte de flúor en nuestra dentadura es el uso de enjuagues bucales. Sin embargo, es importante evitar este método en niños ya que pueden tragarlo.
¿Cómo actúa el flúor?
El flúor activa remineralizando la dentadura y, sobre todo, fortaleciendo el esmalte de los dientes. Además, no solo se obtienen beneficios del mismo después de la erupción de los primeros dientes, sino también durante su formación.
Antes de la salida de los dientes, el flúor se obtiene a través de los alimentos y bebidas. Esto ayudará a que el diente se forme con dureza y, sobre todo, con cierta resistencia a las caries.
Después de la erupción dental, el flúor protege de sustancias y bacterias que pueden dañar a los dientes. La obtención del flúor en este caso sigue siendo a través de los alimentos, pero también complementado con el uso de pastas dentífricas que presenten este elemento.
¿Cuánto flúor es necesario?
El flúor puede obtenerse a través del agua, si está fluorada, pero también a través de alimentos como lácteos, sardinas, espinacas, col, etc. En ese tipo de obtención natural es muy difícil determinar la cantidad necesaria diaria para un adulto o niño. Hay que conocer la boca de cada paciente para recomendarle.
Sin embargo, desde la Sociedad Española de Odontopediatría sí se establecen unas recomendaciones en cuanto al uso de dentífricos según la edad del niño.
Menores de 6 meses: no se debe utilizará una gasa o dedal para limpiar las encías del bebé.
A partir de 6 meses utilizar pastas con más de 1000ppm de flúor. Lo ideal es que se cepillen los dientes tres veces al día y usar en torno al tamaño de un grano de arroz.
Entre los 3 y 5 años se utilizaría una pasta de 1000ppm de flúor del tamaño de un guisante e, idealmente, 3 veces al día.
A partir de los 5 años se debe utilizar, mínimo dos veces al día una pasta con 1450ppm de flúor y el tamaño de un guisante, más o menos la anchura del cabezal del cepilloinfantil.
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