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¿Qué son los torus? ¿Cómo reconocerlos?

¿Qué son los torus? ¿Cómo reconocerlos?

Puede que, alguna vez, te hayan hablado o hayas leído sobre unas protuberancias óseas que salen en la boca, bien bajo la encía o bien en la zona del paladar. Son los llamados “torus” y suelen ser más frecuentes hacia la segunda o tercera edad. Te contamos de qué se trata y cuál es su tratamiento.

¿Qué son los torus?

Los torus, de manera visual y general, son abultamientos con forma redondeada que aparecen en el hueso maxilar. Su situación más frecuente suele ser la mandíbula interior o parte lingual, pero también pueden aparecer en el paladar… Pueden adoptar diferente tamaño, forma y posicionamiento según el caso. Además, suelen ser asintomáticos, aunque, en función del tamaño que tomen, pueden producir molestias en el paciente.

¿Qué aspecto tienen los torus?

Su formación es ósea, es decir, la protuberancia la produce una anomalía en la forma de la estructura ósea del paciente. Es por este motivo que se diferencian a simple vista, pues a parte de resaltar por su forma, también suelen verse con un tono más blanquecino o pálido que el resto de zonas de la encía. Por lo general se desarrollan lentamente sin producir síntomas ni complicaciones, pues este hueso formado suele ser benigno y bien definido.

Los torus comparten una misma estética que puede generalizarse en un levantamiento redondeado de una zona bajo la encía, pero pueden adaptar diferentes posiciones en la boca del paciente.

Así podemos diferenciar tres tipos de torus según su posición: palatinos, cuando aparecen en el paladar; mandibulares en el caso de localizarse en la mandíbula; o aparecer en zonas diversas, que sería el caso de oxóstosis múltiple.

En cuanto a los torus mandibulares, la forma más corriente de aparición, es bajo la lengua detrás de los dientes, a la altura de los premolares. En el caso de palatinos, suelen estar centrados en el cielo de la boca. Ambos suelen ser bilaterales, es decir, dos protuberancias, una a cada lado de manera simétrica. En el caso de oxóstosis, también pueden darse en zonas y con formas aleatorias, con protuberancias óseas múltiples.

¿Cómo se desarrollan los torus?

Se trata de una patología con predisposición genética, aunque hay algunos factores que podrían ser los detonantes como el estrés o el bruxismo (la tendencia a apretar y rechinar los dientes).
De manera general, aparecen en personas ya adultas con la dentadura desarrollada, y se ha observado una leve tendencia al aumento de tamaño conforme pasan los años, estabilizándose alrededor de los 30 años de edad.

En cuanto a prevalencia, se estima que entre el 20 y el 25% de la población presenta alguno o varios torus, siendo las mujeres más propensas.

¿Qué problemas pueden ocasionar los torus? ¿Tienen tratamiento?

Como los torus no presentan ni significado patológico, ni sintomatología alguna, el tratamiento no se aplica en aquellos pacientes que no padecen problemática alguna, lo cual es habitual.
En el caso de los torus, el tratamiento más frecuente es su extirpación quirúrgica. Aunque se trate de un procedimiento maxilofacial simple, se intenta evitar si no se experimentan mayores síntomas. Es por ello que, para poder acceder a este tratamiento, el paciente debe estar experimentando alguna de las problemáticas que los torus pueden llegar a causar.
En este sentido encontramos varios problemas que pueden hacer que un torus sea susceptible de extirpación quirúrgica:

  • Dificulta la habilidad de agarre de una prótesis removible.
  • Interfiere con el habla normal del paciente.
  • Provoca traumatismos en la mucosa que reviste al torus, dando lugar a inflamación, ulceración y traumatismos constantes.
  • Compromete la estética.
  • Se asocia al Torus con un proceso infeccioso.
  • Casos de exóstosis múltiples (donde los puntos anteriores se dan con mayor probabilidad).

 

Otra problemática que puede causar al paciente, esta vez más leve, es la dificultad de higiene bucal. Esto favorece el acúmulo de alimentos, fomentándola aparición halitosis y/o caries. Estas consecuencias podrían tratarse de forma aislada.

Los torus , una vez más, nos dejan ver que las revisiones periódicas son una de las herramientas más importantes en la prevención. Gracias a ellas se puede actuar de manera precoz sobre estos abultamientos y prevenir problemas mayores en los pacientes.

Si sospechas que puedes tener un torus o sientes que algo interfiere en el desarrollo de tu vida normal o en tu higiene bucal, no lo dudes: contacta con nuestros expertos. Pídenos cita y estaremos encantados de poder ayudarte y evaluar tu caso.

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